Lunes, 07 de enero de 2019

Convertíos, el Reino está cercaHoy es de esos días en que la lectura del Evangelio del día te estremece y llena de esperanza. Al menos así me ha ocurrido a mí. Y lo mejor de todo es que los textos propuestos para hoy por la Iglesia los habré leído docenas de veces. Pero así es el Espíritu de Dios cuando ilumina nuestro corazón, que aunque lo hayamos recibido muchas veces siempre te dice algo nuevo y te hace sentir algo nuevo.

La primera lectura de hoy es reveladora de la gracia que Dios nos regala cuando le reconocemos y nos mantenemos fieles a Él. En cambio, los que habiendo tenido la ocasión de haber conocido su Palabra le niegan y le dan la espalda, y además ponen oídos a charlatanes y falsos predicadores, lo tienen muy mal. Veamos lo que dice el apóstol San Juan en una de sus cartas:

«Queridos hermanos: Cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio. Queridos míos: no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo. En esto podréis conocer el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en carne es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios: es del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo. Vosotros, hijos míos, sois de Dios y lo habéis vencido. Pues el que está en vosotros es más que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan según el mundo y el mundo los escucha. Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios nos escucha, quien no es de Dios no nos escucha. En esto conocemos el Espíritu de la verdad y el espíritu del error» (1 Juan 3:22; 4:6).

¿Y qué decir del evangelio propiamente dicho que hoy nos propone la Iglesia? En este caso es San Mateo el que nos presenta a Jesús tomando una decisión transcendental para la humanidad: el comienzo de su predicación anunciando el Reino de los cielos. Así es, el Mesías, cuando conoce la noticia de que su pariente Juan el Bautista ha sido arrestado por el rey Herodes, toma la decisión de irse del hogar familiar para dar cumplimiento de la profecía de Isaías y comenzar su misión en la tierra:

«En aquel tiempo, al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaúm, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías: «Tierra de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló». Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos». Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y él los curó. Y lo seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania. (Mateo 4:12-17; 23-25).

Hermosas y reveladoras palabras las de las Escrituras de hoy. Cristo siempre ilumina nuestro corazón y cura nuestras dolencias cuando vivimos confiados a Él y nos mantenemos fieles a su mensaje. El Reino de los cielos es posible ya en la tierra, solo es necesario que así lo creamos, porque Él tiene palabra de vida eterna.


Publicado por torresgalera @ 14:17  | Pensamiento
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